Redacción: Norka Peralta Liñán / Fotos: Nathalie Sayago
FUENTE: Revista Somos – Diario El Comercio
Reina Mamani Luque es la primera mujer que ocupa un cargo directivo en Cecovasa, la emblemática central de cooperativas cafetaleras del sur peruano.
Frente a la crisis mundial que agobia a esta industria, ella saca la cara por el café de su organización, que, además del consagrado Tunki, lanza nuevas marcas.
La Finca de Reina Mamani queda en el distrito de Alto Inambari, en Puno. Desde la ciudad de Juliaca, donde está la planta de la Central de Cooperativas Agrarias Cafetaleras de los Valles de Sandia (Cecovasa), son 11 horas de viaje en camioneta. Más de 250 kilómetros de ascensos y descensos ásperos de altura y temperatura. El punto más alto de la ruta: 5,000 metros sobre el nivel del mar, 0 °C en exteriores. Llegaremos a los 1,450 m.s.n.m con 31 °C.
Viajo con ella para conocer la finca San Francisco, donde siembra su café. Por momentos, a lo largo del viaje, tengo migrañas y cólicos estomacales. Por ratos, me quedo dormida, exhausta de tantas curvas. En todas esas horas interminables, ella teje. Teje gallitos de las rocas y cerezo de café en lana para hacer llaveros que obsequia en los eventos en los que participa como dirigente. Me regala uno. Y sigue tejiendo.
Frente a la crisis mundial del café, donde la sobreproducción ha traído al suelo el precio del grano, Cecovasa da batalla con nuevas marcas y nuevos protagonismos en su organización. De ello dependen 5 mil familias caficultoras. Entre las marcas, además del Tunki, que vive de la fama que cosechó en el 2010 cuando ganó un premio internacional, está Quechua, cuyo símbolo es el de una mujer.
Las mujeres quechuas del Alto Inambari son la fuerza de la cooperativa.
Mientras sus hijos se van a la ciudad y sus parejas buscan trabajos eventuales, ellas siembran y cultivan su café. Es su legado y deben preservarlo. El hecho de que su producción sea orgánica y de Comercio Justo les ayuda a conseguir mejores precios en la exportación. Les permite seguir dedicándose al campo.
EN EL 2004, REINA IMPULSÓ QUE LAS MUJERES DE SU ORGANIZACIÓN TUVIERAN DERECHO AL VOTO.
Entre los nuevos rostros de Cecovasa está el de Reina, quien en el 2004 impulsó el voto de las mujeres en esta organización. En una reunión, a la que ellas acudían en representación de sus esposos o padres, Reina quiso participar en la votación y no la dejaron porque no se les consideraba socias aunque tuvieran sus propias tierras.
“Agradezco que eso haya pasado porque me hizo dar cuenta de nuestra situación”, recuerda.
Ese mismo día, junto a sus compañeras, redactó un documento en el que solicitaba que la asamblea se pronunciara sobre la participación activa de las mujeres a través de la expresión de su voto. Les dieron la razón. Pero tuvieron que pasar 14 años para que ella se convirtiera en diciembre del 2018 en la primera mujer en ocupar un cargo directivo.
HAY ESPERANZAS
Ahora, por las responsabilidades de su cargo, vive a 250 km de distancia de su finca y de Jorge Paredes Mamani, su esposo. Debe estar en Juliaca, desde donde la directiva hace malabares para no sucumbir ante la plaga de la roya, los bajos precios del grano y el avance de las hectáreas de la hoja de coca en detrimento del café.
Su plan contempla procesar café para abastecer al mercado interno. El boom de cafeterías que se abren en diversas ciudades alimenta la esperanza de caficultores de que el consumo de café peruano aumente. Además, invierten en la formación de sus hijos como baristas y catadores para garantizar la continuidad de las nuevas generaciones en el negocio.
El laboratorio de control de calidad de Cecovasa ahora es dirigido por jóvenes veinteañeros. Recientemente, han obtenido certificación de la Speciality Coffee Association (La organización más importante en cafés de especialidad) para certificar a los profesionales de la industria. Esto aportará ingresos más seguros a la organización.
El futuro de Cecovasa es esperanzador y hay mujeres invencibles, como Reina, que lo han hecho posible.
DATOS:
TUNKI. Es la marca más conocida de la organización. Ahora tiene su envase trilaminado para preservar mejor al café
AROMA DE MUJER. Quechua lleva como símbolo el rostro de una mujer y la foto de Vicentina Phocco, la caficultora más reconocida de Puno.